HORA LITERARIA_ GRADO 10°_ SEMANA 2
HAMLET de WILLIAM SHAKESPEARE
ANÁLISIS DE LOS SOLILOQUIOS EN HAMLET e INICIO DE REDACCIÓN DEL MONÓLOGO FINAL
Dado que la propuesta para esta segunda semana es, ya entrados en la lectura del texto de Shakespeare, empezar a pensarnos la estructura del soliloquio final de corte que acompañe nuestra fotografía, tendremos que aprender a analizar uno de ellos. Este análisis de los monólogos de Shakespeare nos adentrará un poco más no solo en el entendimiento de la complejidad de sus personajes, sino que también nos ayudará en la elaboración del nuestro, dado que comprenderemos mejor las herramientas que se utilizan a nivel literario y, propiamente, en la dramaturgia.
Para esta semana 2, LA TAREA a realizar es escoger uno de uno de los monólogos que presenta la obra y realizarle un breve análisis que enviaremos por visualcxi: Fecha de entrega, 28 de Abril.
Para ello debemos tener en cuenta tres aspectos:
1. La ubicación:
En qué parte de la obra se encuentra el monólogo
2. Tema:
De los temas vistos previamente, a cual se remite y por qué
3. Características:
Es el análisis en sí de lo marrado por el personaje. Qué hay detrás de sus metáforas, qué significan, cuales son las analogías que utiliza; qué nos da a entender el personaje con sus palabras y cuales son las intenciones del autor.
EJEMPLO DE ANÁLISIS
1.
p. 69, acto I escena II
¡Ojalá
esta carne tan sólida
Se
fundiera y derritiera hecha rocío.
O
el Eterno no hubiera promulgado
Una
ley contra el suicidio!¡Oh, dios, dios,
Qué
enojosos, rancios, inútiles e inertes
Me
parecen los hábitos del mundo!
¡Me
repugnan! Es un jardín sin cuidar,
echado
a perder, invadido hasta los bordes
por
hierbas infectas. ¡Haber llegado a esto!
Muerto
hace dos meses… No, ni dos, no tanto.
Un
rey tan admirable, un Hiperión
Al
lado de este sátiro; tan tierno con mi madre
Que
nunca permitía que los vientos del cielo
Le
hiriesen la cara, ¡Cielo y tierra!
¿He
de recordarlo? Y ella se le abrazaba
como
si el alimento le excitase
el
apetito; pero luego, al mes escaso…
¡No
quiero ni pensarlo! Flaqueza, tienes nombre de mujer.
Al
mes apenas, antes de desgastar los zapatos
Con
los que acompañó el cadáver de mi padre
Como
Níobe, deshecha en llanto, ella, ella
(dios
mío, una bestia sin uso de razón
le
habría llorado más!) se casa con mi tío,
hermano
de mi padre, y a él tan parecido
como
yo a Hércules; al mes escaso,
antes
de que la sal de sus lágrimas bastardas
dejara
de irritarle los ojos,
vuelve
a casarse. ¡Ah, malvada prontitud,
saltar
con tal viveza al lecho incestuoso!
Ni
está bien ni puede traer nada bueno.
Pero
estalla, corazón, pues yo debo callar.
Este es el primer monólogo
importante de Hamlet en la obra. Tras una conversación con su padrastro y su
madre, en el que ambos le piden que no vuelva a Wittemberg y permanezca en la
corte (al parecer, en contra de la voluntad del propio Hamlet), y en que
Claudio le reprocha que se aferre obstinadamente al duelo por su padre, Hamlet
queda solo en escena y expresa en este soliloquio la impresión de repugnancia
que le ha producido la conversación y, sobre todo, los últimos acontecimientos
de la corte danesa. Esta repugnancia es tan intensa, que Hamlet menciona por
primera vez la idea del suicidio (o la disolución de su carne: ‘Ojalá esta
carne tan sólida se fundiera y derritiera hecha rocío’) como salida posible (si
no fuera por sus escrúpulos religiosos: para los cristianos, en particular para
los católicos, el suicidio supone desafiar la voluntad divina y es un pecado
castigado con la condenación eterna). El mundo le parece un lugar enojoso,
rancio, inútil y estéril, y lo compara en una larga metáfora con un jardín
invadido hasta el borde por hierbas infectas. La idea de que la conducta de su
madre y su padrastro ha traído la degradación y la corrupción a su mundo
aparece antes incluso de que reciba la visita del espectro, y procede
básicamente de la comparación de la figura noble de su padre (al que compara
con el titán Hiperión) con su tío, al que identifica con un sátiro; y por otro
lado, de la conducta inconstante, inmoral e incestuosa de su madre, que tras haber
dado muestras de sincero amor por su anterior esposo (de quien destaca la
delicadeza del trato que proporcionaba a
su esposa) es capaz de expresar afecto y atracción por el segundo en un plazo
tan breve.
Es precisamente este súbito
cambio de la dirección de los afectos de su madre (reflejada en la idea de que
no había tenido tiempo de desgastar los zapatos con que acompañó el cadáver del
anterior rey –deshecha en lágrimas- antes de entregarse al nuevo) lo que
provoca el primer comentario de Hamlet que revela su desconfianza con respecto
a la s mujeres: ‘Fragilidad, tienes nombre de mujer’. Al final del monólogo,
Hamlet introduce la idea de que esa conducta inconstante y esa sustitución de
un rey digno por otro casi grotesco es una premonición de males para el reino.
La idea de que la corrupción de los reyes se contagia a todo el Estado volverá
a aparecer en diversos momentos de la obra.
El discurso previo de
Claudio, en el que le reprocha a Hamlet su melancolía, es un conjunto de
lugares comunes en torno a la inevitabilidad de la muerte. Pero en él no tiene
en cuenta las circunstancias que siguieron a la muerte del anterior rey, su
pronta sustitución en el trono y en el lecho de la reina, que es lo que provoca
de forma más violenta el rechazo de Hamlet. Revela así, por primera vez, la
perversión y manipulación del discurso, que será su característica más
importante a lo largo de la obra. Claudio miente, oculta información e intriga
para esconder su crimen y sus auténticas intenciones.
Ahora que ya tenemos un ejemplo de cómo se hace un análisis...pues manos a la obra (literalmente)
SEGUNDO: CONSEJOS PARA LA REALIZACIÓN DEL MONÓLOGO (Pensando el en monólogo final)
1. En
primer lugar, para poder escribir un monólogo interior es necesario que hagas
el ejercicio de olvidar algunas reglas que probablemente haz adquirido con el
paso del tiempo en el colegio. El monologo interior es un texto que ofrece
muchas libertades, entre ellas olvidar algunos aspectos o de coherencia
(sentido) y cohesión (orden textual). Así que antes de comenzar, imagina que
intentarás transmitir todo aquello que piensas con la misma velocidad e
intensidad con que esas ideas llegan a tu cabeza. El monólogo interior está íntimamente
relacionado con la corriente de la conciencia, un ejercicio desarrollado por el
movimiento de los surrealistas para dejar que sus pensamientos se vieran
reflejados en un texto, sin mayor censura ni planificación.
2. Un impedimento con el que se encuentran los estudiantes de “lengua y literatura” o escritores al enfrentarse a estos ejercicios de escritura es no saber por dónde partir. Para eliminar esos miedos naturales o bloqueos creativos es fundamental que instales un pie forzado. Puedes imponértelo tú mismo o pedirle a alguien más que lo haga por ti, se trata de una palabra u oración que sirva como kick off (puntapié inicial) a tu escritura. Puede tratarse de un concepto abstracto y universal “amor”, “odio”, “soledad”, etc o bien, un concepto más tangible o concreto “madre”, “amigo”, “sujeto amoroso”, etc. Puedes recurrir también a ideas o conceptos más personales. A partir de ese concepto intenta llevar a la escritura los sentimientos, imágenes o pensamientos que te despierta ese pie forzado en específico.
2. Un impedimento con el que se encuentran los estudiantes de “lengua y literatura” o escritores al enfrentarse a estos ejercicios de escritura es no saber por dónde partir. Para eliminar esos miedos naturales o bloqueos creativos es fundamental que instales un pie forzado. Puedes imponértelo tú mismo o pedirle a alguien más que lo haga por ti, se trata de una palabra u oración que sirva como kick off (puntapié inicial) a tu escritura. Puede tratarse de un concepto abstracto y universal “amor”, “odio”, “soledad”, etc o bien, un concepto más tangible o concreto “madre”, “amigo”, “sujeto amoroso”, etc. Puedes recurrir también a ideas o conceptos más personales. A partir de ese concepto intenta llevar a la escritura los sentimientos, imágenes o pensamientos que te despierta ese pie forzado en específico.
3. El
monologo interior funciona tal como funcionarían los pensamientos de una
persona, por lo que muchos escritores no utilizan puntuaciones, ni signos de
ningún tipo en su escritura. El estilo preponderante es el indirecto libre, por
lo que no será necesario que hagas marcas de diálogo ni anuncies la voz de tu
personaje con alguna marca discursiva. Intenta ser lo más auténtico posible en
ese sentido a las ideas que vayan llegando a tu mente, pues debes ir representando
el funcionamiento de la psiquis. Algunos surrealistas apostaban a que a través
de este tipo de escritura podían surgir claves para comprender aspectos
inconscientes o dormidos. A pesar de ser una escritura inconsciente, si
utilizas un pie forzado como el propuesto en el punto anterior, siempre estarás
bordeando una idea o habrán palabras que se irán repitiendo de manera regular,
estos conceptos se conocen como claves del acontecer. Las claves del acontecer
son las relaciones que el monólogo va haciendo con el contexto donde está
sucediendo el monólogo, sin estas pistas para el lector entonces se trataría
sencillamente de una corriente de la conciencia.
4. En
cuarto lugar, haz el ejercicio de escribir sin poner una pausa. Muchos
escritores al trabajar el monologo interior en su forma más extrema se llama
corriente de la conciencia utilizan
conjunciones y/o conectores para evitar cualquier tipo de corte en el texto. Un
ejemplo es el siguiente texto dramático de Sarah Kane.
“ y
sentarme en el escalón a fumar hasta que tu vecino llega a casa y sentarme en
el escalón a fumar hasta que vos llegás a casa y preocuparme cuando llegás
tarde y sorprenderme cuando llegás temprano y regalarte girasoles e ir a tu
fiesta y bailar hasta estar negro y sentirme culpable cuando no tengo razón y
contento cuando me perdonás y mirar tus fotos y desear haberte conocido desde
siempre (…)” Fragmento
– Ansias (Sarah Kane)
Observa
como no existen puntuaciones y hay una preponderancia del conector “y”.
5.
Por último, no olvides que el monólogo interior es un ejercicio que resultó
sumamente revolucionario para una generación completa de lectores y escritores.
Haz el ejercicio de leer y subrayar los distintos monólogos en la obra de
Shakespeare. Una forma de mejorar tu propia escritura es haciendo el ejercicio
de leer otros textos.
Ahora, veamos un ejemplo de cómo se puede hacer una adaptación de un monólogo de Hamlet. Esta es hecha por estudiantes y aunque no toca problemas tan profundos como lo hace Shakespeare, es una interesante forma de actualizar una obra tan importante:
Finalmente, recuerda dejar tu comentario en este blog con el tema escogido para el soliloquio y la parte del libro en la que va tu lectura. Un gran abrazo.
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